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Mi historia

En el año 2008, todavía siendo una estudiante, decidí dejar Alemania para vivir en Argentina por un medio año. He estado estudiando español en el colegio durante dos años, debería ser capaz de entender el idioma y comunicarme, pensé…

Pero fue muy distinto a como lo imaginé. Mi madre anfitriona me recogió del aeropuerto y me habló durante todo el trayecto acerca del que sería mi nuevo hogar. Y no entendí absolutamente nada.

Luego me reuní con mis hermanas y hermano pequeño de allí. Todos eran muy cercanos y agradables, pero ninguno hablaba ni una sola palabra en inglés o alemán.

 

El primer mes en Argentina fue el más agotador de mi vida.

Era necesario para mi comunicarme, por lo que utilizaba mi cuerpo y realizaba gestos. Pensé que nunca sería capaz de decir ni una sola frase en español. A mi hermano pequeño no parecía importarle el hecho de que no pudiera hablar con él. Él continuaba contándome sus historias infantiles.

En aquel momento, era bastante frustrante para mí no poder expresarme correctamente. Me costó mucho tiempo construir frases. A veces tenía el sentimiento de que no podía integrarme en el país como me hubiera gustado. Por eso, siempre me alegraba cuando podía hablar con mis padres o amigos en Alemania. Era tan fácil expresarme, ponernos al día, discutir temas actuales y hablar de como nos sentíamos. Fue así como comencé a valorar mi lengua materna.
Después de un mes, finalmente tuve la sensación de al fin haber progresado. Me di cuenta de que entendía casi todo en español. A partir de entonces, avanzaba más cada día y me sentía más cómoda en mi nuevo hogar.
La frase más bonita que escuché mientras estuve en Argentina, fue cuando mi hermano pequeño dijo: „Estoy tan contento de que hablemos el mismo idioma ahora.“

 

Al final de mi estancia en Argentina, incluso soñaba en español.

Han pasado más de 10 años desde entonces, y desafortunadamente, ya no hablo español de una manera tan fluida como en los tiempos pasados.

¡Pero lo mejor de todo es que ya no tengo miedo de cometer fallos en una lengua extranjera!

 

Gracias a mi experiencia, entiendo lo difícil que puede ser adaptarse a un nuevo país con una lengua extranjera.

 

Mi reto es conseguir que pierdas el miedo de cometer errores aprendiendo alemán, y sobre todo, ¡que no te rindas! Aunque casi todo el mundo aquí sabe hablar inglés, uno se siente más cómodo hablando el idioma local del país.

¿No te parece?

 

Aunque ya no soy más una niña, utilizo la historia con mi hermano pequeño como un ejemplo a seguir. Intetemos aprender alemán juntos de una manera relajada pero centrándonos en cumplir objetivos, de tal manera que llegue el día en el que pueda decirte „me alegro tanto de que podamos hablar el mismo idioma ahora“.

Tafel mit verschiedenen Sprachen

Hablo ...

alemán, 

inglés

y español 

con fluidez. 

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